
MUSEO DEL PRESIDIO
La piedra fundamental del Presidio de Ushuaia se colocó el 15 de setiembre de 1902. De una Colonia Penal en 1896, se pasó a esta cárcel para Reincidentes o tiempo indeterminado, para presos que tenían condena larga o molestaban en otras cárceles. Construido por los mismos presos devenidos en albañiles y guardias transformados en capataces. El Director, ingeniero Catello Muratgia que estuvo hasta 1910, hizo de la nada esta cárcel con el pensamiento de regenerar a los penados y volverlos a lo sociedad con un oficio, la pena cumplida y, si eran analfabetos, con algo de instrucción. Pero no fue todo así. Las lamentables condiciones de vida y la gran falta de comunicación con sus lugares de origen e incluso con las autoridades de Buenos Aires hicieron que todo pudiese ocurrir. Así es como en marzo de 1947 un decreto del Presidente Juan Domingo Perón puso fin al funcionamiento de la cárcel y pasó a manos del Ministerio de Marina creándose la Base Naval de Ushuaia. El edificio fue usado con distintos fines hasta 1978 que el Hall Central era el Polvorín de la Base. Fue alojamiento de conscriptos, personal de las lanchas rápidas, depósito de víveres, armeros, etc. Pero quedó en desuso y como en Ushuaia no sobran lugares, en 1994 se nos ofreció el lugar para transformarlo en Museo Marítimo. Así comenzamos con el Pabellón IV pero, al estar en el viejo Presidio, se imponía hacer una muestra de él. Estaba en condiciones realmente desastrosas. Sin techos, aberturas, sin electricidad, ni cloacas, ni gas. Comenzamos lentamente una puesta en valor con fondos propios y los escasos ingresos de los pocos turistas que nos visitaban. Así, poco a poco, continuamos recuperando el edificio, sin subsidios de ninguna índole (ni Municipal, ni Provincial ni del Estado Nacional). La Armada colaboró mucho con los trabajos de investigación, cosa que ayudó mucho a recuperar parte de la historia local, como el Faro de San Juan de Salvamento. Por suerte hubo muchas ayudas individuales. Es así que se creó una Galería de Arte con salas de exposiciones temporales, Museo de Arte Marino, Museo Antártico José María Sobral, un amplio Museo del Presidio y el Museo Marítimo de Ushuaia que refleja como fue la vida en este archipiélago, dado que desde los indios canoeros se desplazaban en sus canoas de corteza y todos debían navegar, sean los misioneros, estancieros, buscadores de oro, contrabandistas, cazadores de lobos marinos, exploradores, policías o presos. El agua era un gran medio de comunicación, nos unía con Punta Arenas y el resto de la Patagonia. No había caminos. Es por eso que el lugar fue elegido para la cárcel que, por otro lado, fue el motor económico de Ushuaia al menos hasta 1947. Usina, Panadería, teléfono, agua potable, médico, mano de obra para infraestructura, para ampliar casas, fábrica de muebles, juguetes, etc. Pero llevó mucho tiempo ponerla en valor.