
ITALIA
EL LAGO NEMI Y SUS NAVES. ROMA
El lago Nemi está situado a solo 20 Km. al sur de Roma. En realidad se trata de un cráter volcánico que está a 388 metros sobre el nivel del mar. Su forma es casi oval y tiene 1800 metros de largo por 1200 metros de ancho, alcanzando profundidades de 35 metros. A sus orillas dos ciudades, Nemi y Genzano, están rodeadas de paisajes maravillosos y antiguamente estaban rodeadas por densos bosques que, según los lugareños, estaban dedicados a la diosa Diana.
Con estos datos no pasaría de ser un lago más con fondo barroso y sin gran interés, pero según una antiquísima leyenda, en ese lago se realizaban espectaculares bacanales. Pero no se realizaban en los bosques, sino sobre embarcaciones.
Y justamente este es el tema que nos preocupa, dado que las fantásticas ideas que aparecen en el film “Calígula”, no eran tan fantasiosas y más bien deberíamos decir que se trataban de ideas cristalizadas en la más sórdida realidad.
Con datos históricos se llegó a la conclusión de que podía tratarse de una nave de la época de Tiberio, pero en base a algunas de las exploraciones realizadas en 1895 se llegó a la conclusión de que se trataba de una nave del año 37 o 41 D.C. Esas fechas coinciden con el reinado de Calígula. Según los datos esparcidos en documentos diversos, se mandaron a construir naves para recreo de la Corte, además de ser el lugar apropiado para desenfrenadas orgias. Mientras tanto, la población de Roma sufría de hambre por falta de embarcaciones de carga que pudieran traer trigo de Cerdeña y el aceite de Sicilia. Pero eso no le quitaba el sueño al emperador, quien ordeno construir un palacio para su caballo, como también barcos para pasear hasta el sur de la península y reponerse de sus agotadoras jornadas intelectuales.
Con esto no quiero defender a Tiberio, que no fue el ejemplo de la buena moral, pero su lugar predilecto era la costa Amalfitana, más precisamente, la de Capri.
Como para los romanos el lago era un lugar sagrado, las “reuniones” eran solamente para venerar a la diosa Diana.
Pero lo más importante de todo esto es que la construcción de la nave si fue real, al igual que lo que se dice sobre Calígula y Tiberio.
Primeros hallazgos
Fue a través del historiador italiano Flavio Biondo que se obtuvo la primer noticia del tema en el siglo XIV.
Así es como el primer intento de reflotar la nave se realizó en 1446, cuando el Cardenal Colonna le encarga al científico veneciano León Bautista Alberti que se encargue de la empresa. Se lo comparaba con Leonardo Da Vinci por sus conocimientos, pero no por sus aficiones pictográficas o amorosas. Realizo un tratado denominado “Navis”, en el que analiza las posibles formas de la embarcación del lago.
A los 5 metros de profundidad fue encontrada una nave, muy cerca de la costa. Su idea fue la de simplemente arrastrarla hasta la orilla mediante tornos instalados en ella con cadenas fijadas por “hombres que nadaran como ranas”. Como es lógico pensar, consiguió causar grandes destrozos en el casco y extrajo algunos pedazos de madera. Para la superestructura ideo un mejor plan, que fue el de tratar de levantar la nave con garfios desde la superficie. No vale la pena comentar el resultado, pero si dejo datos importantes de sus técnicas porque muchos garfios fueron encontrados en 1895 clavados a la destruida superestructura.
En 1535 un intento de Francisco de Marchi, autor de “Architectura Militare” y realizador de la fortificación de Roma, dejo muchas cosas en claro.
Para estudiar la nave se sumergió dentro de un tonel invertido que, suspendido con una cuerda desde la superficie, hacía las veces de escafandra. Con ella podía caminar por el lecho del lago y al agacharse le quedaban las manos libres. Este invento no se sabe bien a quien pertenece, porque fue el mismo sistema empleado para el rescate de los cañones del “Wasa” y del “Kronan”, salvando la diferencia de temperatura, dado que estos se hundieron cerca de la costa sueca y a unos 30 metros de profundidad.
En la exploración que realizó a la nave no se animó a ingresar al palacio construido sobre la cubierta (superestructura) y solo extrajo clavos, mosaicos y distintos elementos pequeños. Decidió abandonar la empresa, dado que en más de una oportunidad el cabo que sujetaba la escafandra se cortaba, causándole múltiples lastimaduras.
Tuvieron que pasar casi 300 años para que nuevamente un romano tratase de realizar el rescate. Esta vez el ingeniero Anesio Fusconi, construyo balsas con importantes caballetes y cabrestantes. Desde ellas, y gracias a la invención del astrónomo Halley, la campana sumergible, bajaron logrando retirar entre otras cosas, columnas de bronce y una parrilla con la inscripción: “Tiberius Cesar”.
La más importante de todas las iniciativas fue la que llevo a cabo el anticuario Eliseo Borghi, debidamente autorizado por el príncipe Orsini, el cual por medio de buzos con campanas y escafandras, obtuvo múltiples y lujosos objetos. Se trataban de excelentes trabajos de orfebrería romana, propios de una mente perversa como la de Calígula. No se intentó reflotar la nave y, como es lógico suponer, los elementos más importantes (cabeza de medusa, lobos, parrillas, manos votivas, etc.) lograron ser vendidos a museos como el Louvre, el Británico y el de Berlín. Acto seguido el gobierno italiano anula la concesión del anticuario. De esta forma da comienzo a una empresa de gran envergadura: “El rescate de la nave de Calígula”.
El rescate
De esta forma quedo bajo la esfera del Ministerio de instrucción Pública y Marina, quien encomendó al ingeniero naval Víctor Malfatti un estudio. Llego a la conclusión de que existían dos embarcaciones en el fondo del lago. La más cercana a la costa tenía 71 metros de eslora por 20 metros de manga. A una distancia de 20 metros de ésta se encontró otra nave de 73 metros de eslora por 24 metros de manga, a una profundidad de 15 a 21 metros. El puntal no superaba los 3 metros.
Se trataban de “artefactos flotantes” que portaban palacios a todo lujo. Este descubrimiento permitió avanzar mucho en arqueología naval, dado que permitieron conocer cómo se realizaban los cascos en los comienzos de la era cristiana.
Para el rescate desestimo un simple reflotamiento, dado el deplorable estado del maderamen, y como toda obra emprendida por el Estado, consideró oportuno perforar el cráter y desaguar el lago realizando un canal hasta el mar. De esta forma las naves no sufrirían demasiado y se podría explorar todo el lecho del lago en búsqueda de objetos.
Recién en 1927 el gobierno acometió la tarea, pero con algunos cambios: tres potentes bombas eléctricas se encargarían de desaguar el lago por una acequia construida en la época romana y que era la que mantenía el nivel del espejo de agua. Después de 5 meses de bombeo continuo, el agua descendió 5 metros y apareció la primer nave.
Método de construcción
El casco estaba construido en madera de abeto, pino y ciprés. El forro era de 15 cm. de espesor y el calafateo se lograba con cintas de roble forradas en lana embreada y plomo. La obra viva que había permanecido tapada por el barro, estaba en mejores condiciones que la otra. La obra muerta estaba casi totalmente destruida por los anteriores rescates y por los 2000 años debajo del agua. Según los indicios encontrados, se supone que la propulsión era a remo.
Los hallazgos más importantes una bomba de achique de sentina que poseía cojinetes de bronce. También se encontraron anclas de madera de 5 metros con sunchos y cepo de plomo, y otra de hierro de 4 metros con cepo y arganeo movible, muy parecida a la “almirantazgo” pero sin uñas. Luego fue apuntalada y retirada del lago.
En 1932 se logró retirar la segunda nave sin aportes importantes a lo ya mencionado, salvo estatuas de bronce y algunas ornamentaciones. Todo fue incorporado a un gran museo naval levantado en las cercanías del lago, que tenía como misión no solo contener ambas embarcaciones, sino también objetos provenientes del resto de
Italia.
Hoy en día solo quedan algunas fotos y los elementos vendidos a museos extranjeros, dado que durante la Segunda Guerra Mundial el museo quedo reducido a cenizas con todo su contenido. Ni Calígula hubiese podido imaginarse un doble final de este tenor.
NAVI ROMANE. PISA
Hace tiempo que estoy interesado en las naves que surcaban las aguas del Mediterráneo en el período romano. Incluyendo las naves de Nemi, un lago donde el emperador Calígula en dos inmensas naves, o palacios flotantes, realizaba fiestas impresionantes. Muy poco han quedado de ellas después del incendio sufrido en la Segunda Guerra.
Existía una gran red de puertos, no muy grandes, a excepción del de Ostia, por la costa Italiana y todo el Mediterráneo. La navegación se hacía desde mediados de la primavera a mediados del otoño. En esa época, el viento es sostenido con rumbo noroeste. En invierno, el viento es de direcciones variables con días cortos y solamente los barcos mercantes salían a navegar si el Gobierno se hacía cargo de las consecuencias, ya sea pérdida del barco,de la mercadería y los accidentes que podían suceder.
De esta forma, los puertos costeros de Italia utilizaban las desembocaduras de ríos importantes como el Tíber, en el caso de Roma o el Arno, en caso de Pisa y Florencia. Pisa fue un gran puerto de los Medici con un astillero realmente muy grande. Hasta con caballerizas y depósitos varios.
Uno piensa en Pisa y viene a la mente la torre inclinada, el famoso campanario, el Duomo. Una hermosa ciudad que en un tiempo fue tranquila.
Este puerto que desemboca en la Liguria, tiene 8282 km de cuenca. Nace en los Apeninos , y en otoño es cuando sufre las mayores crecidas. Todos podemos recordar los desastres causados en Florencia con la ciudad inundada.
En Pisa también pasaba, desde al menos varios siglos antes de nuestra era. Pisa y sus alrededores son pantanosos y desde este puerto se trasbordaba las mercancías a botes laguneros con pértiga (botes de fondo plano). Podemos verlos en las fotos.
Pero en estas cosas de la arqueología, al preparar la nueva estación de trenes y playa de estacionamiento usando parte de la laguna, surgió una sorpresa. Varios barcos de madera del siglo II AC, hasta la caída del Imperio Romano (siglo V de nuestra era), aparecieron en profundidades de 6 a 11 metros. Bastante bien conservados por el lodo de la laguna que no permite la presencia de oxígeno.
Las avalanchas por las inundaciones hundieron estos barcos súbitamente y muchos de ellos con sus cargas en ánforas que, por su manufactura, forma y sellos, se comprobó más de 16 procedencias del Imperio. Desde aceite, vinos, trigo, y la salsa hecha con pescado y sal muy macerada tipo gelatina, algo que era un manjar en aquellos días.
Es así que el curso del Arno cambio un poco y también fue encausado por las construcciones realizadas, entre otros, por los Medici. Construyeron 3 fortalezas para protección del puerto contra el asedio de piratas árabes, germanos, normandos, etc. Estos llegaron a fortalecer Livorno con otro arsenal y un Porto Vecchio y es de donde comenzó su periplo Américo Vespucio.
Vayamos al arsenal de Pisa y sus naves romanas. Por las fotos podemos darnos cuenta un poco las clases que hay, los de fondo plano son los que navegaban por los pantanos uniendo pequeños villorios o simples caseríos. De los mercantes hay dos tipos, los de excelente construcción (auge del Imperio Romano) y uno de pésima construcción, con rejunte de maderas y materiales (se estima del siglo V con la caída del Imperio Romano).
Luego hay una galera de guerra transformada en mercante y un gran mercante repleto de ánforas.
GARUM Y LAS NAVES DE PISA
Me pareció interesante una newsletter que me llegó en diciembre 2020, plena pandemia, con algunos datos interesante por su colorido que hace a la náutica o navegación comercial de un par de miles de años. En Pisa tenemos los restos de una nave de carga que quedo debajo de otra nave que se hundió y rompió miles de ánforas. Parte de ese cargamento era garum. También vemos estas naves largas y de poco calado que navegaban por las lagunas alrededor de Pisa y hacia el interior, transportando mercadería y alimentos, donde se hallaron ánforas con Garum. Queda mucho para investigar pero fue encontrado por todo el imperio Romano (Pompeya también, etc.).
Hubo varios puertos muy importantes, como el puerto romano de Cádiz, el de Túnez, Neapolis y el de Marruecos que hacían garum, con diferencias notables de calidad según los expertos. El garum era muy usado en el Imperio Romano por los grandes personajes, como una salsa para diferentes alimentos. Existió una comida parecida al Garum que con pan (galleta) o harina era todo el alimento. Ese no era el garum de la clase alta y presta a confusión. Pero veamos que es el garum.
Garum: una salsa famosa en la Antigüedad
La salsa de pescado más famosa en el Mediterráneo de la Antigüedad era el garum. Considerada un lujo, se usaba como condimento para dar más sabor a las comidas. Fueron los romanos los que le dieron fama y los que más comerciaron con ella. Por ello, primero vamos a conocer cómo y dónde se hacía, según lo que se ha estudiado hasta el momento, para posteriormente pasar a exponer algunos de los detalles de su transporte por mar, los recipientes usados, los productos con los que se almacenaba y las naves que lo llevaban desde sus lugares de fabricación hasta los puntos de consumo, entre otras.
El garum, la salsa más preciada del imperio romano. Tenía su origen en antiguas salsas fenicias, aunque el nombre con el que se conoce es de procedencia griega. A diferencia de otras actividades controladas por las autoridades romanas, la industria de procesamiento del pescado (tanto salazones como salsas) podía ser desarrollada libremente por los particulares, lo que la hizo muy popular y la convirtió en un importante sustento de pescadores y de oligarcas de poblaciones costeras mediterráneas y en algunos puntos de la costa atlántica de Hispania.
Qué era: Esta salsa se hacía en factorías que se dedicaban también a la salazón. Se limpiaba el pescado con fuertes cuchillos, se separaban las vísceras y se iban almacenando en unos grandes recipientes como tanques y piletas. Se cortaba en pedazos, con formas más o menos cuadrangulares o cúbicas, o se le hacían cortes profundos para que la sal pudiese penetrar bien.
Para conseguir la salsa garum, sobre una base de hierbas aromáticas (como hinojo, cilantro, apio, salvia, tomillo u orégano, entre otras) se iban apilando numerosas capas, formadas por los pedazos de pescado cortados, separados por capas de sal en igual proporción (actualmente esta parte del proceso se sigue llevando a cabo con pescados como las sardinas o los boquerones), dejándolos entre 60 y 90 días al sol, para que fermentara. Transcurrido ese tiempo, el resultado se removía y se recogía el líquido resultante, que se filtraba y almacenaba. Ya estaba hecho el garum.
Los pescados utilizados: Para esta famosa salsa se solían utilizar caballas, salmones o sardinas que se mezclaban con vísceras, peces pequeños enteros, moluscos y condimentos varios. También se usaban otras especies, según el lugar en el que se fabricaba. Como ahora ocurre con otros productos, dependiendo de los ingredientes incorporados, el garum era de una u otra clase. Podía, por ejemplo, llevar añadidos como agua, vino, vinagre, aceite o pimienta, lo que le otorgaba un sabor distinto (más información).
Envasado: Para su comercio se iba embotellando en ánforas, que se cerraban de manera hermética, lo que evitaba que el líquido se derramara. Cada uno de estos recipientes llevaba una inscripción para saber qué tipo de salsa de pescado contenía y sus características de elaboración.
Uso: Era un carísimo y valorado condimento que se usaba tanto para preparar platos como para darles sabor una vez cocinados. Uno de los primeros libros de cocina conocidos, De re coquinaria, atribuida a Apicio, la nombra en sus recetas. Tenía, además, uso cosmético y médico. También hay autores que afirman que se usaba para enmascarar el olor de productos alimenticios que ya estaban “algo pasados” para el consumo humano.
Aunque se fabricaba en multitud de zonas costeras, los había de diversa calidad y los más apreciados, según las fuentes, fueron los que se elaboraban en Cartagena (Plinio y Estrabón, por ejemplo, lo citan como el más caro del imperio) y en Cádiz (que es la zona probablemente más estudiada), usando la caballa como ingrediente principal.
El transporte hacia los lugares de consumo: La mayor parte de las fuentes directas con las que contamos son los naufragios que hasta ahora se han descubierto y estudiado. Suelen ofrecer mucha información sobre los productos transportados, dónde y cómo se almacenaban y en qué cantidad. Así podemos conocer más sobre el comercio del garum. También las fuentes literarias nos ayudan a comprender más sobre la distribución de este producto en todo el Mediterráneo.
Aunque se han encontrado naves que sólo llevaban garum o que era la carga mayor (por ejemplo, en el naufragio de Sud-Lavezzi B se hallaron 152 ánforas con la salsa de pescado de las 211 recuperadas), sabemos que esta salsa solía ser un componente más de una carga global, con una media de 1500 ánforas, que llevaban aceite o vino en mayores cantidades.
Las naves que habitualmente lo transportaban no eran de las más grandes, ya que rondaban entre los 13 m. y los 20 m. de eslora, aunque hay excepciones como el Bou-Ferrer, que tenía entre 27 m. y 30 m. de largo, que llevaba una carga de entre 2500 y 3500 ánforas.
Estos naufragios ofrecen una idea de un comercio directo e indirecto vibrante y significativo. Es, de momento, una pequeña muestra de la capacidad de las fábricas de salsa de pescado en todo el Mediterráneo occidental (aunque sabemos que también se producía en la parte oriental del Mare Nostrum), del papel de las economías locales en ella y del consumo de productos de lujo de la élite romana, lo que en poco tiempo nos proporcionará una comprensión más completa del papel de la salsa de pescado y de los productos relacionados en el imperio romano. Quedan todavía muchas incógnitas por resolver, pero mientras, en ese océano del conocimiento vamos navegando poco a poco y descubriendo cómo nuestros antepasados comerciaban, peregrinaban, migraban, vivían y morían en ese inmenso mar que nos rodea.
HERCULANO. PUERTO Y VILLA MARINA
Cerca de Nápoles está la famosa ciudad de Herculano, que quedó sepultada, al igual que Pompeya, en 24 de agosto del 79 DC, por la erupción del Vesubio. A este puerto llegó un gas tóxico y luego las cenizas cubrieron la ciudad. Con murallas, esta ciudad-puerto tenía cerca del mar toda una infraestructura para almacenes o depósitos de mercadería y enseres para las embarcaciones y también para guardar barcas de pescadores. Los llamaban “fornici” y eran locales con techos abovedados. Allí se encontraron más de 300 esqueletos de distintas edades. Tal vez buscaron refugio allí o tenían intención de abordar alguna embarcación. Se llega al lugar por la Puerta Marina. Tenemos que recordar que el mar estaba mucho más cerca, dado que la erupción armo una línea costera de unos 400 metros. Esta pequeña Villa veraniega estaba habitada por comerciantes ricos y gente intelectual, a diferencia de Pompeya. En cuanto a la belleza nos gustó más Herculano que Pompeya. Es mucho más chica, pero cada ínsula contiene mayor diversidad de viviendas y construcciones. La palestra es muchísimo más chica, pero más nítida, al igual que los baños termales, las casas y los negocios.
OSTIA. EL GRAN PUERTO DE ROMA
Me desilusionó un poco lo vimos. Salvo la gran puerta al puerto, el resto de las construcciones eran almacenes – depósitos semi destruidos y una casa que alojaba a los arqueólogos que trabajaban sin parar. Mi idea era tratar de ver algo del puerto propiamente, pero esa era otra propiedad con un club y barrio que no permitía la visita. En las fotos pueden ver su estado en 2019. Todas las construcciones fueron almacenes construidos por Claudio (año 46) y Traiano. El puerto fue construido en la margen derecha, o norte, de la desembocadura del Tíber, que era de arena. Reemplazó al de la margen sur, que quedó inutilizado por la sedimentación aportada por el Tíber, por eso su forma oval. Se trataba de un puerto fluvial para llegar a Roma. Tenía almacenes de ladrillo para trasvasar la mercadería como trigo, oliva, mármoles entre otras cosas, que llegaba de todas partes del Mediterráneo y hasta del puerto de Lixus, en Marruecos. Tenía un gran faro. Lo positivo de todo esto fue ver las pruebas concretas que todo se hacía por agua y la gran infraestructura que construían. Cuando era chico íbamos a Pompeya y allí mi padre me mostraba algunos arqueólogos y muchos voluntarios que trabajaban calcinándose bajo el sol en pleno verano. Ahora son cientos de profesionales que rescatan partes, pruebas y testimonios para reconstruir una de las cosas más importantes para mí, que es la vida cotidiana. Como este puerto se fue inutilizando en el año 112, Traiano construye el puerto en forma de hexágono con un canal (fossa traiana) que unía ambos puertos, y otro con el Tíber. Estos se podían limpiar. Además, por tierra, estaba la Vía Portuense (que todavía esta y con mucho tránsito). Sufrió la invasión de los germanos y hasta incursiones de vikingos y, por supuesto, piratas árabes.
PARQUE ARQUEOLOGICO LILIBEO. MARSALA
Aquí estuvo situada la ciudad fortificada cartaginés en Sicilia y es donde se libraron las últimas guerras púnicas (241 AC). Pasó a ser una ciudad romana importante para llegar a África. Fue importante aún después de la caída del Imperio Romano y luego tomada por los godos, vándalos y árabes (Marsa Alla o Puerto de Dios de donde deriva Marsala).
En este museo nos encontramos con los restos de barcos fenicios del siglo III AC, según fechado de radio carbono. Se estima que fueron batallas donde perdió Cartago y se impuso Roma, dando por finalizadas las Guerras Púnicas (264 a 241 AC). Se desarrolló en las islas Egedas, Sicilia, entre Marsala y Trapani.
Son barcos con 17 remos en cada banda y un total de 68 remeros, dos por remo. A principios de la década de 1970, la arqueóloga Honor Frost sacó a la luz por primera vez un navío de guerra de la antigüedad
Este hallazgo se produjo cerca de la costa a una profundidad de 2 a 4 metros. El sedimento marino protegió el material orgánico encontrándose también ánforas y material diverso, que permitió estudiar tanto la forma de construir el barco hasta como era la vida a bordo.
El tipo de construccion es de afuera hacia dentro, es decir, quilla y casco ensambladas entre sí con lengüetas en unas hendiduras. Luego se ponían las cuadernas que daban fortaleza a la estructura. Sobre el fondo de la embarcación se halló gran cantidad de piedras usadas como lastre, lo que evidenció que no se trataba de un barco mercante.
En cuanto a la vida a bordo, se vio ampliada por la gran cantidad de huesos de cerdo, cabra, ovejas, bueyes, frutos y carozos de aceituna. Tambien hallaron ánforas con vino y aceite de oliva y plantas de cannabis que se presume aliviaba el cansancio o para vencer el miedo en las batallas. También hallaron restos de esqueletos humanos y el de un perro.
Tres años después, en 1973 cerca del primer barco hallado, encontraron otro a unos 40 metros de distancia. Tenía toda su proa con un gran espolón. Se lo llamó Marsala II. El primero tenía la popa y parte del casco. De esta forma pudieron armar todo el barco.
Uso del Espolón.
Básicamente se embestían a las naves enemigas golpeando en el casco o pasando pegados rompiendo los remos. El espolón al incrustarse en el casco de otra nave podía desprenderse y no acompañar al fondo del mar la nave enemiga averiada.
También fueron encontrados espolones de bronce y una docena de cascos de guerreros romanos.
Las batallas navales tenían una característica muy especial. Los romanos eran muy buenos luchando cuerpo a cuerpo en tierra. Es así que vencieron atrapando con el corvus a las naves fenicias, las abordaban y se convertía todo en una gran batalla cuerpo a cuerpo. El corvus era un puente con garfios muy poderosos en su extremo que se aferraban a la nave atacada y por allí pasaban los legionarios convirtiendo la batalla naval en una de tierra.
En la zona encontraron 58 naufragios de estas naves. Al ser casi gemelos se supone que los romanos no muy buenos marinos, capturaron alguna galera cartaginés y las copiaron hasta el mínimo detalle. Se usaba este método hasta el 1800 y aún ahora con el espionaje.
Características: Galeras púnicas de 35 m de eslora y 4.80 de manga. Construcción fuera – dentro (las cuadernas se colocaban al final). Material pino mediterráneo y se construían en serie. Por eso las escrituras fenicias halladas en cuadernas y tablas. Era para poder ubicarlas en que parte del barco debían ser colocadas.
El casco estaba recubierto de chapa de plomo fijada con clavos de bronce. Se llegó a la conclusión que eran galeras (no tenían mástil) y del tipo de las liburnia. Las primeras fueron construidas en Dalmacia y luego copiadas. Eran muy ligeras y maniobrables, en comparación a las otras. Madera: pino, alerce, ciprés, abeto, etc.
Anforas: Eran los contenedores de hoy en día y según la forma que tienen se sabe de donde provenían. Por tal motivo deje una variedad con la explicación en la foto siguiente y un mapita del lugar donde había sido fabricada. Por otra parte también se podía saber su contenido según la región (aceite, vino, olivas, etc.).